En entrevista con LA PRENSA , publicada el jueves 3 de diciembre corriente, a la pregunta de en cuál de los diversos temas que plantea en sus Obras quiere que el lector pose su mirada, el doctor Serrano Caldera respondió que en aquél que al lector le parezca más importante. Ese tema, a nuestro juicio, es el de la libertad. En realidad, los escritos filosóficos del doctor Serrano Caldera constituyen un arma teórica para la lucha por la libertad. Sus reflexiones filosóficas hacen luz en la densa oscuridad que envuelve a la sociedad nicaragüense, le dan sentido y Norte a la defensa de la sagrada libertad y a la reconquista de la anhelada democracia.
Es cierto que de los 81 subtítulos comprendidos en el segundo volumen de las Obras, del doctor Serrano Caldera, sólo en cuatro se menciona expresamente la libertad. Y en ninguno de los 118 del primer volumen, que fue publicado el año anterior. Pero la libertad está presente en casi todos los temas que aborda el filósofo nicaragüense en los —hasta ahora— dos volúmenes de sus Obras .
Es que, como dice el doctor Serrano Caldera: “En la lucha de las conciencias, que es la historia del hombre individual, está en juego, más que la vida, la libertad”. Y agrega: “El bien y el mal, el vicio y la virtud, la belleza y la fealdad, la riqueza y la miseria, la libertad y la esclavitud, se trenzan en lucha a todo lo largo y ancho del milenario drama humano. La opción del ser humano en medio de ese combate de categorías y valores, es su libertad”.
Lamentablemente en Nicaragua la filosofía es una disciplina menospreciada. Quizás a eso se deba, entre otros factores, que los nicaragüenses hayamos conquistado en varias ocasiones la libertad, pero no hemos sido capaces de conservarla. El mismo Serrano Caldera reconoce, en un artículo que fue publicado en LA PRENSA el 2 de enero de 2005, el cual está incluido en el primer volumen de sus Obras , que: “No pocas personas preguntan y se preguntan por qué y para qué existe la filosofía si no tiene utilidad práctica, ni contribuye a resolver los problemas concretos y acuciantes que el ser humano enfrenta día a día para vivir y sobrevivir”. Y responde que “la filosofía es alternativa a la ciega brutalidad de nuestro tiempo, razón al servicio del humanismo para restituir los valores perdidos de libertad, solidaridad y humanidad, y ética que se pregunta por la acción de los hombres y nos propone los fines y los medios llamados a dar sentido y orientación a la historia de nuestro tiempo”.
Realmente, la filosofía ayuda a las personas a pensar de manera crítica, a desarrollar las ideas propias y analizar las ajenas, a cultivar la tolerancia, a pensar con profundidad y evaluar los fundamentos de la existencia diaria, de las instituciones y la sociedad.
Por supuesto que la filosofía no hace automáticamente libre a nadie, ni partidario de la libertad. Filósofos ha habido y los hay que justifican a los peores regímenes opresivos y a los más rabiosos enemigos de la libertad.
Pero a la doctrina de la opresión y a los sistemas opresivos es mucho menos difícil combatirlos, cuando se utilizan las herramientas filosóficas de la libertad. “El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón”, escribió el gran filósofo británico Bertrand Russel. Y en el pensamiento de Serrano Caldera, la filosofía consiste en la posibilidad de darle sentido al actuar del ser humano y de adoptar determinada conducta ante las cosas que le ocurren. “En eso consiste su libertad”, sentencia el filósofo de Nicaragua.
Artículo rescatado de http://www.laprensa.com.ni/2009/12/11/opinion/10073
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