La lengua nahua de Nicaragua
Artículo rescatado de “La Prensa Literaria – una universidad de bolsillo” http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2001/octubre/20/literaria/ensayos/
Uno de los accidentes importantes que forman la personalidad nicaragüense es la lengua precolombina que se habló en la región ocupada por nuestro país. El idioma más conocido de ese tiempo es el niquirano, aunque hubo otros, semejantes y distintos. Todos ellos nominan la topografía nicaragüense, así como dan nombre a objetos, árboles y animales.
Fernández de Oviédo dice: Nicaragua es un gran reino de muchas y buenas provincias, e las más de ellas a quatro o cinco lenguas distintas, apartadas e diversas las unas de las otras.
Las principal es la que llaman de Nicaragua, y es la misma que hablan en México o en la Nueva España. La otra es la lengua que llaman chorotega, e la tercera, Chondal.1
Hasta el momento no se ha hecho un estudio lingüístico sobre el idioma hablado por los nahuas de Nicaragua. Acá, sólo deseo referirme al fenómeno idiomático del niquirano -Nahua de Nicaragua- desde el punto de vista etnológico, de acuerdo al carácter de este estudio breve.
El Niquirano es una derivación del nahua. Este pertenece a la familia lingüística llamada Yuto-Azteca, situada antiguamente en los actuales Estados de Colorado, Utah y Nevada, Estados Unidos de Norte América. Está probado que tiene origen común con el Pima y Azteca. Por eso, el historiador mexicano Carlos Pereira afirma la existencia de una larga cadena lingüística que parte de la cuenca del Río-Colorado y del Gran Lago salado, llegando hasta Nicaragua a través de México.
Es decir que el nahuatl pertenece, a una familia lingüística de considerable extensión, la familia Shoshoni (idioma del Estado de Utah, Nevada y Colorado), La Pima (idioma del Sur de California y de Sonora) y el Azteca (idioma Nahuatl, y sus dialectos pipil y niquirano de Guatemala y de Nicaragua”.
El nahua de Nicaragua - Niquírano— se extendió más allá de las regiones, ocupadas por los indios que lo hablaban, lo cual demuestra su importancia y calidad. Así se ve, que desde Chinandega al Noroeste, hasta Rívas, extremo Suroeste del país, se encuentran palabras nahuas designando lugares, como Chíchigalpa, Chiltepec, Nahualapá; árboles, como los de Jocote, paste, pochote; animales:. coyote, chapulín, iguana; comidas, tales como el elote, atol, tamal, etc.
En el lenguaje niquirano se nota que algunas son claramente nahuas, como Ometepe, que quiere decir Dos Cerros mientras otras aparecen parcial o totalmente diferenciadas.
El origen, estructura y naturaleza del niquirano es objeto de la lingüística, campo completamente diferenciado del etnológico, punto de vista nuestro por el momento.
El punto de vista, etnológico debe tomar en cuenta también las diferencias y semejanzas que tuvieron lugar en Nicaragua, del nahua, otomí y mangue, señalados antiguamente en el sitio donde hoy se encuentran los pueblos de Diriomo, y Diriá, vecinos inmediatos a los nahuas, por el Sur.
Estos idiomas: Otomí y Mangue tenían semejanza con el nahua del cual derivaban, pero también diferencias. Estas diferencias entre el Náhuatl y el Niquirano, Otomí y Mangue, se deben a dos razones :
—El Náhuatl trasladado a Nicaragua se diferenció debido a la lejanía de su lugar de origen y al tiempo transcurrido desde su emigración al momento de la conquista.
En cuanto a la semejanza entre los idiomas citados, hay que tomar en cuenta las comarcas inmediatas donde vivían y la segura interculturización entre todas las tribus precolombinas de Nicaragua en el sector del Pacífico, interculturización que se puede notar y que deseo probar en varios aspectos de nuestra cultura autóctona.
Debido a su origen común -Niquirano, Mangue y Otomí- lo mismo que a su situación geográfica inmediata y al fenómeno de interculturización entre los pueblos que hablaron esos idiomas, es muy difícil fijar fronteras idiomáticas precisas, sobre todo por la españolización que sufrieron. Pero, desde luego, hubo núcleos centrales dentro de las respectivas áreas idiomáticas que conservarían más pureza en su habla.
“Fueron precisamente los pueblos, pipiles de Guatemala y El Salvador, y también las tribus de habla mexicana de Nicaragua, los que durante varios siglos vivieron aislados y completamente alejados del territorio donde se hablaba su lengua materna. Si bien es cierto que el idioma actual de los pipiles se diferencia del idioma azteca por ciertas variantes distintas de los que posee el de los niquiranos de Nicaragua con respecto al azteca, con todo ello estoy persuadido de que si se llegara a transportar súbitamente a un indio pjpil a la meseta de Anáhuac, luego daría a entenderse con los indios mexicanos”.
Anotamos, pues, que una de las razones de la transformación del nahuatl en Nicaragua sería causada por el tiempo de su inmigración y la poca o ninguna comunicación con la metrópoli. Según Otto Stall, esta inmigración sería mucho más retirada de lo que nos han dicho los cronistas. Y agrega, “porque si no fuese así, las diferencias lingüísticas que hemos notado en el pipil debieran ser menores de las que realmente posee este idioma” .
Concluimos entonces, que el Niquirano es una derivación del Nahuatl, y que éste pertenece a una extensa familia língüística, cuyas ramificaciones alcanzan hasta el Estado de Utah, Estados Unidos de Norte América. También que hubo otros idiomas semejantes -Otomí y Mangue- con los cuales es muy posible que se haya relacionado en Nicaragua debido a su vecindad inmediata.
Ahora sólo nos resta conocer la situación actual del niquirano hablado u oral. Ello es sumamente difícil debido a su extinción casi completa, porque sólo nos quedan palabras que corresponden a nombres comunes y propios. También se encuentra el diminutivo o la partícula –pitzin- que la hace tal. Sin embargo ofrezco un vocabulario niquirano. De hecho sólo pretendo incluir palabras que pertenezcan a él, pero es muy posible que se filtre alguna similar tampoco pretendo citar todas las palabras de ese tipo, pero sí, una cantidad apreciable, aunque no llegue a ser exhaustivo, cosa que, además es sumamente difícil.
El lenguaje escrito de los nahuas, Fernández de Oviedo lo describe de la siguiente manera: Tenían libros de pergamino que hacían de los cueros de los venados, tan anchos como una mano o más e tan luengos como diez o doce pasos e más o menos, que se encogían e doblaban e resumían en el tamaño e grandeza de una mano por sus dobleces uno contra Otro (a minera de reclamo), y en ellos tenían pintados sus caracteres o figuras de tinta roxa o ‘ negra de tal manera que aunque no -eran - lectura ni escritura, significaban y se entendían por ellas todo lo que querían muy claramente, y en estos tales libros tenían pintados sus términos y heredamientos e lo que más les parecía debía estar figuras como los ríos, los montes e bosques y demás, para los tiempos de contienda o pleyto determinarlos.
De este lenguaje hablado nos han quedado muestras en numerosas palabras claramente nahuas como la de Ometepe, que corresponde exactamente al adjetivo numeral, nahua. También encontramos la partícula tzin, ‘ en la palabra’,’ pilfn.”., posiblemente piltzin, hijito, unido al nombre niño, una forma reverencia del substantivo (del pilli, hijo). Otro ejemplo es la palabra náhuatl fliatic, que el niquirano se refiere al color de una de,las vísceras de las aves, especialmente de la gallina, y se dice titil y significa negro. Entre otros terminos.
Artículo firmado por Francisco Pérez Estrada
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