Olores y sabores del "Roberto Huembes"
—Lesbia Espinoza Gutiérrez—
El olor de las frutas, uuuhh, qué me dicen por ejemplo del olor de la guayaba, tan penetrante y suave a la vez. ¡El del melón!, que cuando lo metemos a la refrigeradora y luego abrimos la puerta sale a bocanadas su aroma. Y la piña es otra que no se queda atrás con su aroma seductor, sobre todo cuando está madura y dulce. Porque no sé si se han fijado, no es el mismo aroma cuando está verde, ¿verdad?
Y hablando de aromas comestibles, por qué no nos vamos a un lugar donde se juntan todos esos olores y sabores de frutas y comidas. ¿Les parece? Estamos todos bien, ¿no?
¿Cómo van amorosos?, espero que bien a pesar de todas las desgracias que se consignan bajo un mismo cielo. En Nicaragua: terremotos, maremotos, deslaves, erupciones, accidentes trágicos, inundaciones, corrupciones, bueno, qué no, Dios santo. Recemos todos juntos, unámonos en oración y pidámosle al Dios todopoderoso para que aplaque las furias de la naturaleza nicaragüense.
PARA DISFRUTAR UN BUEN VAHO
Ahora el cerro Negro vuelve con sus ataques. Resulta que es tanto su fuego que ahora hasta rompió sus propias faldas con varios cráteres pequeños. ¡Qué cosa! Y bien amores les propongo ir a deleitarnos más que el paladar, el olfato, o las dos cosas si quieren. Podemos comer de cuanto huela o se vea sabroso.
Y para eso nada mejor que El Mercado Roberto Huembes, fundado hace 20 años por la revolución sandinista, aunque fue el gobierno de Anastasio Somoza quien empezó y dejó bastante adelantadas las estructuras metálicas del enorme galerón que es hoy este mercado, ubicado en un punto equidistante de Managua.
Pero bien, no hemos venido a admirar su ausente estilo arquitectónico, sino a recorrer y saborear los aromas y sabores de las comidas y las frutas que a diario se venden en este lugar. El mercado Huembes es importante centro económico del país y es un atractivo no sólo para los nicaragüenses sino para todo aquel que se precie de buscar las más puras expresiones de identidad del nica, aquel que le guste el contacto con el pueblo, con su humor y su sabiduría popular.
Hay varios lugares para disfrutar un buen «vaho», una sopa «levantamuertos» o una sustancia de hígado que ya es algo muy especial, al igual que la sopita de «garrobo». Casi todas las mujeres del mercado son bien amorosas. Las bancas de la comidería Rayito de doña María Auxiliadora Rayo nos atrapa: «A ver amorcito, vení tierna, qué vas a llevar, qué te sirvo». Mirá, hay pescadito frito, lengua en salsa, arroz a la valenciana, pescozones».
Y uno se pregunta, por qué le llamarán «pescozones» a los pipianes cocidos y luego fritos u horneados, rellenos con quesito. Huuf, de chuparse los dedos. Algunos que vienen limpiándose la boca con un pañuelo nos recomiendan el Vaho que vende Miriam Sirias del cafetín Leydi.
Seguimos por la parte de las frutas, donde hermosos puestos levantan su alegoría al trópico envuelta en olores que atraen al marchante. Aquí la «comeyuca», Sorayda González (que así le dicen a los Masaya) vende desde nancites hasta enormes papayas. Aquí nísperos, jocotes, zapotes, guanábanas, melones, naranjas, uuhff, de todo mi amor. Pero nos impresionan los aromas, los olores y colores.
AQUI ENCUENTRA DE TODO
Porque mire usted, aquí va a encontrar de todo, de todo: relojes, peinetas, radios, desodorantes, zapatos, lindas carteras y fajas hechas a manos, rosquillas, bueno hasta peluquerías y salones de belleza hay, por si anda apurado y quiere darse una peinadita o arreglarse las manos, los pies.
Pero hemos venido al Huembes a turistear, a la visita obligada, obligada agradable de amas de casa, empresarios, intelectuales, turistas. Ahh, porque aquí encontrará maravillas de libros, nuevos y usados, discos viejos, cuadros, tapices, ay mi madre, si le digo que de todo, de todo. El Huembes es el Mall típico de los nicaragüenses.
Y en el sector de las hierbas y plantas medicinales, Doña Antonia Díaz, la abuelita superamorosa que nos espera siempre con los brazos abiertos para vendernos la hierbita justa para poner bonito el cabello, o el zacate para acabar con los molestos dolores menstruales.
«Ve amor, a vos te hace falta, no ves que tenés poquito pelo», le dice doña Antonia riéndose al casi calvo de Oscar Cantarero, mi amigo fotógrafo. «Sí a mi eso ya no me sirve abuela, ¿no ve que ya casi no tengo pelo? «No importa, pero la hoja de «suelda con suelda» te mantiene bonito el que te queda». «Ve, chiquitó, y estas hojas son buenas para los riñones». Y todo aquel hierberío junta sus aromas y te van incitando a llevar algo de ellas.
Ahora vamos saliendo y pasamos por una sección bastante nueva que también nos detiene: son las flores. Aquí lógicamente no encontramos sofisticados arreglos florales, pero las flores son igual de lindas, frescas y agradables y bien nos las llevamos a casa, listas para ponerlas en un jarrón. Y sobre todo son más baratas aquí .
Y vos Oscar, no vas a llevarle flores a tu mujer? «cómo no, no faltaba más.
Mirá estos claveles rojos, estos le gustan a ella». ¿Y a mí quién me regala una flor para mascar? ¿Quién me regala una rosa para morderla con todo y sus espinas? ¿Nunca ha tomado agua de rosas o se ha bañado con agua de rosas? Pues no sabe de lo que se ha perdido. ¿No ha escuchado nada de la aromaterapia? Ehhhm todo un mundo que podemos descubrir juntos. Los invito. Por hoy c’est suffit, como dicen los franceses.
Artículo de —Lesbia Espinoza Gutiérrez— ( nuevodiario)
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Particularmente, son fáciles el acceso y la circulación entre sus tramos y tiendas. Vas a tener la posibilidad de vivir una experiencia ambiental única, pues en este mercado, aun se pueden encontrar productos muy tradicionales que normalmente no hay en otros mercados como frutas, guanábanas, icacos, mamey, zapotes, etc., remedios a base de plantas, flores, especies, almíbares y cajetas, artesanía rústica, y una gran variedad de productos a base de maíz que son infaltables en las mesas de todos los nicas.
La oferta de ropa y zapatos es muy variada, y sus galerones de comedores hacen que los compradores y visitantes puedan pasar también un rato agradable junto con la familia. Podemos encontrar servicio de bares y restaurantes y, al ritmo de la música de "jukebox", disfrutar de unos "traguitos técnicos" o bien una cervecita acompañada de una buena taza de sopa de "mondongo" o un buen consomé de mariscos.
Si estás interesado en cómo los nicas nos hemos acostumbrado a la llegada de los turistas y hemos aprendido a tratar y negociar con los extranjeros, esta es una magnifica oportunidad que no debe de perderse.
Otra particularidad es que en este mercado se encuentra la estación de buses hacia el sur de Nicaragua por si estás viajando a Masaya, Carazo, Granada o Rivas y sus diferentes destinos, aquí podes encontrar diversidad de ofertas de viaje, desde buses rateados, expresos, microbuses, y hasta un “vuelo directo” en taxi si tienes mucha prisa de llegar a la playa y sobre todo si puedes pagarlo porque vos sabés que "la gasolina está cara".
Artículo rescatado de http://www.citytoursmanagua.com/mercados.htm
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