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Introducción antropológica

Pueblo indígena histórico, llamado así por el cacique Nicaragua o Nicarao, considerado como el más poderoso cacicazgo del pacífico de Costa Rica y Nicaragua al momento de la llegada de los españoles. Fueron contactados por el capitán de conquista Gil González Dávila, en 1519. Famoso el cacique por obligar al capitán a un diálogo filosófico inusual que dejó perplejo al peninsular. Más tarde, en 1524, combatidos y asolados por el conquistador Francisco Hernández de Córdoba.

Los Nicaraos eran pueblos de origen nahua, arribaron al territorio nicaragüense en el siglo XII. Procedentes del centro de México, de las regiones de Ticomega y Maguatega, en el valle de Cholula, de donde migraron alrededor del año 800 d.C., a la zona del Soconusco, en el sureste mexicano, donde permanecieron un período. Corresponde a la época de la caída de Teotihuacan y a la dispersión de los toltecas, a manos de pueblos olmecas. Las fuentes refieren que alrededor del año 1200 d.C. arribarían a Nicaragua, desplazando de la zona del istmo de Rivas a los Chorotegas a quienes derrotaron militarmente. Hablaban el idioma mexicano antiguo o nahuat y trasladaron con ellos la cultura y cosmovisión mesoamericana de la época, incluyendo el calendario, el poder político militarista y la religión (Chapman; 1974).

Su sistema político era de un cacicazgo, con gobierno centralizado, patriarcal, con un consejo de ancianos que llamaban Monexico, donde se tomaban decisiones de importancia pública.

Especialistas contemporáneos estiman que la población de los Nicaraos era de 70 mil personas (Carmack, 2002; Werner, 2000).

Es posible conocer elementos de la cultura de los nicaraos de la época del contacto. El diálogo de Nicarao y el conquistador Gil González, por medio de lenguas o traductores, fue recogida por el cronista italiano Pedro Martyr de Angleria, quien tomó la información de las cartas del mismo conquistador como el testimonio de su cuestor real, Andrés de Cereceda, uno de cinco testigos de ese diálogo. Angleria la publicó en 1524. En el diálogo se expresa la cosmovisión d y pensamiento de los nicaraos.

Cosmovisión de los Nicaraos: Una aproximación a la visón de la cosmovisión de los pueblos nicaraos se obtiene al acudir a la información recopilada por los cronistas españoles, en especial la obra lograda por el cura Bobadilla, publicada por Oviedo. En ella se obtiene un diálogo entre el cura y los dirigentes de los pueblos indígenas nicaraos, chorotegas y maribios que fueron reunidos por los conquistadores para efectos de interrogarlos sobre sus costumbres y creencias, que resultan en un interesante  diálogo de culturas, con la salvedad que se trata, más que de un diálogo, de un interrogatorio entre el conquistador y los caciques indígenas. A pesar de ello encontramos las nociones sobre la cosmovisión indígena así como también se puede apreciar la cultura de los españoles en la forma en que se construían las preguntas. Es interesante el diálogo entre Nicarao y Gil González sobre el diluvio:

Preguntas de los indios, respuestas de Gil González sobre el diluvio universal, y otros varios puntos:
“(...) Entretanto que los nuestros estaban en Nicaragua, pasaron muchas cosas no indignas de contarse; a más de que las entresaqué de las cartas de Gil, me las contó, y al marcharse me las dejó escritas su cuestor regio, que comúnmente se dice tesorero, el cual tomó una pequeña parte de todos aquellos trabajos, y se llama Andrés de Cereceda.

Recayendo la conversación sobre varios asuntos, por no tener qué hacer, entre Gil, capitán de nuestras tropas, y el cacique Nicaragua, mediante un intérprete nacido no lejos del reino de Nicaragua y educado por Gil, y que hablaba bastante bien el idioma de ambos, Nicaragua preguntó a Gil qué sentían en la tierra de aquel Rey poderoso de quien Gil se declaraba vasallo acerca de un cataclismo pasado que había anegado toda la tierra con todos los hombres y animales, según él lo había oído de sus mayores. Gil le dijo que se creía lo mismo. Preguntó si se pensaba que vendría otro, le respondió Gil que no, sino que así como una vez habían perecido todos los animales, excepto unos pocos, en un diluvio de agua a causa de las iniquidades de los hombres y principalmente por las de carnalidad, así, tras una serie de años que los hombres no conocen, ha de suceder que todo quede reducido a cenizas por llamas de fuego enviadas del cielo. Se quedaron todos pasmados al oír eso. A la pregunta si esta gente tan sabia venía del cielo, el intérprete le dijo que si. Si habían bajado en línea recta, dando vueltas o formando arcos, preguntó con cierto aire de inocente sencillez: a esto el intérprete respondió que no lo sabía, pues había nacido él en la misma tierra que el propio Nicaragua o cerca de ella.

Después le dijo que preguntara a su amo Gil si alguna vez la tierra se voltearía boca arriba. Gil declaró que ese secreto lo sabe únicamente el Criador del cielo, de la tierra y de los hombres. Preguntó del fin general del linaje humano, y de los paraderos destinados a las almas cuando salen de la cárcel del cuerpo, del estado del fuego que un día ha de enviar (el cielo), cuándo cesarán de alumbrar el sol, la luna y demás astros; del movimiento, cantidad, distancia y efectos de los astros y de otras muchas cosas. Aunque Gil tenía buen ingenio y era aficionado a manejar libros en romance, traducidos del latín, pero no había alcanzado tanta instrucción que pudiera dar a todo esto otra respuesta sino que la Providencia se reservaba en su pecho el conocimiento de aquellas cosas.

A las preguntas que Nicaragua hizo sobre el soplar de los vientos, las causas del calor y del frío, la variedad de los días y las noches, aunque entre ellos es poca, por distar poco del equinoccio y sobre otras muchas cosas semejantes, respondió Gil explicando la mayor parte según sus alcances, y dejando lo demás al divino saber.

Después de esto, descendiendo Nicaragua y sus cortesanos a las cosas terrenas, preguntaron si se puede sin culpa comer, beber, engendrar, jugar, cantar, danzar, ejercitarse en las armas. Les respondió de este modo: dijo que es preciso comer y beber, pero que en esto se ha de evitar la crápula, porque todo lo que se toma fuera de lo que la naturaleza necesita, es dañoso al vigor del espíritu y a la salud del cuerpo, y que resultan de allí semilleros de vicios, riñas y enemistades; que también es lícito el trato conyugal pero solo con una mujer, y ésta unida con el vínculo del matrimonio, y que hay que abstenerse también de otros géneros de impureza si se quiere agradar al Dios que lo ha criado todo: que tampoco está prohibido tener a su tiempo cantarse, juegos y danzas honestas...”
                                                     Angleria, Pedro Martyr (1975).



Descripción de la Cultura del Agua de Nicaraos y Chorotegas: La cultura de los Nicaraos, como la de los chorotegas, de Nicaragua, tiene una estrecha relación con el agua, el aire, la tierra y el fuego, lo que podríamos decir, les caracterizó. Su arribo a Nicaragua está relacionado con un mito de origen que los liga a OMETEPE término que no solamente es el nombre que dieron a la isla situada en el Lago de Nicaragua o Lago Cocabolca o Cocibolca, sino que ésta, caracterizada por poseer dos volcanes, uno de ellos activo, contiene un principio mitológico sobre la morada de una pareja de dioses creadores. El lago también era llamado AYAGUALO, traducido por los filólogos como el círculo del agua.

El hecho de constituir Ometepe una ideología que sustenta el acontecimiento histórico de su llegada al pacífico de Nicaragua y el desplazamiento militar que hicieron de sus parientes los Chorotegas, con quienes además compartían el concepto mítico de Ometepe, nos da cuenta de una característica mesoamericana de ambas culturas, como lo viene a ser su apego a las guerras floridas y a los sacrificios humanos para el contento de sus violentos dioses.

Los nicaraos siguieron la profecía de uno de sus sacerdotes que les orientaba en su migración desde el Soconusco, México, a la búsqueda de una isla con dos volcanes, de allí Ometepe, que en nahua significa ome, dos; tepe, cerro o volcán.

Ometepe a la vez está ligado a los dioses creadores Tamagastat y Cipattoval, la pareja de teotes creadores del universo de los nicaraos, cuya morada se encontraba en el lugar donde nace el sol. Desde la posición de la capital de los nicaraos, llamada Quatzapolca, situada en la orilla continental de lago, el sol surgía de los dos volcanes de la isla. Tamagastat y Cipattoval recrearon el mundo, la gente, los animales, las estrellas, todo lo existente, luego de una catástrofe provocada por el agua que inundó el mundo y acabó con la vida.

La lluvia, el agua, es proporcionada por Quiateot, hijo de Omeyateite y Omeyatecigoat, que también tienen su morada donde sale el sol, y están representados por los volcanes de la isla. El aire es representado por Chiquinat y Hecat.

Calendario Nicarao:

El calendario nicarao evidencia sin duda, su conexión con el centro de México antiguo. El cronista Bobadilla, recopiló los nombres de los 20 meses del año nicarao. Cada mes contenía 20 días, que organizan en unidades llamadas çempuales y diez de ellas hacen un año. Tenía 21días de fiesta celebrando con fiestas o “areytos” cada mes. Había fiestas especiales para el cacao, el maíz, los frijoles, el algodón.


   Este calendario tenía 20 meses, cuyo nombre y significado eran los siguientes: 
1 Agat Caña
2 Oçelot Ocelote
3 Oate Águila
4 Cascaguate Cacao
5 Olin Movimiento
6 Tapocat Pedernal
7 Quiaüit Lluvia
8 Sochit Flor
9 Çipat Caimán
10 Acat Viento
11 Cali Casa
12 Quespal Cuajipal
13 Coat Serpiente
14 Misiste Muerte
15 Maçat Venado
16 Toste Conejo
17 At Agua
18 Izquindi Perro
19 Ocomate Mono
20 Malinal Hierba

1 comentario:

  1. Me es muy rico entender un poco la cosmovisión de mis ancestros que revelan cómo Dios puso sabiduría natural en el corazón de aquellos que fueron considerados animales ignorantes del nuevo mundo
    MSc. Luvin Areas

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