"Nicaragua fué Maya"

En la senda del Güegüence

*** Fernando Silva descifra con códice en mano significados de nombres que por siglos hemos tomado como verdad
*** Tres lenguas son el basamento de Nicaragua: maya, mangue y náhuatl
*** Exquisita poesía en las toponimias develan el alto grado cultural de nuestros ancestros





El miembro de número de la Academia de la Lengua de Nicaragua, doctor Fernando Silva, consideró que la primera base etno cultural nicaragüense es maya.
También significó que las toponimias como Masatepe, Managua, Masaya y Jinotepe, deben verse a la luz de los códices, que las llevan incluso más allá de lo que tradicionalmente se ha tenido como cierto.

Cuando el escritor habla, sorprende. Términos que denotan estos lugares, como Managua, provienen del maya, subraya, aunque algunos estudiosos dicen que el esplendor cultural de los adoradores de Cuculkán llegó hasta Copán en Honduras y no alcanzó a Nicaragua.

La certeza de que una de las más importantes civilizaciones del mundo, la maya --expertos en Astronomía, en Matemáticas, Agricultura, Arquitectura y Medicina--, se extendió a nuestro país, lo denotan las significaciones de algunas toponimias.

Pero el novelista no se ha atenido a la voz fonética, a la costumbre del idioma y lo que se ha dado por establecido: él acude a los códices mayas. De ahí, en esos documentos precolombinos y otras investigaciones, el doctor Silva expone sus planteamientos que dinamitan creencias de siglos.

Otra propuesta del académico es que el habla del Güegüence, así con “c” (de la partícula “tzin”, el, y “güegüe”, viejo, es decir El Viejo) y no como corrompidamente muchos lo escriben, es legítimamente la lengua franca formada por dos vertientes idiomáticas autóctonas, náhuatl y mangue, con el mal español que los soldados “enriquecieron” a Nicaragua.

Un caso singular sobre lo que significa Masatepe, que los lingüistas señalan como voz náhuatl, los evade el doctor Silva y nos ofrece una traducción más significativa.


-Masatepetl es náhuatl, le decimos.


-Curioso, es náhuatl encaramado en mangue, porque el primitivo Masatepe se llamaba “El lugar de la masa de cazuela”, que es lo que ahorita se da en la fiesta. Un nacatamal desnudo, sin hojas.


-Pero es mazat=venado. Tepetl= lugar o cerro.


-Oíme, eso es lo que le pusieron los náhuatl, pero el nombre primitivo mangue es parecido. Dicen Masatepetl, “Venados de las Lomas”. No, no es así. Es “Lugar de Lomas Donde se Come El Venado en Masa”. Eso es en mangue.


-Xilotepetl, Jinotepe, es Cerro de los Vientos.



-Es posible, es posible, expresa el doctor Silva, pero con mucho escepticismo, porque luego suelta su relación prehispánica: pero es Lugar “Donde la Gente Corta Pronto el Maíz y se lo Come Antes”. “Los come chilotes”, así se llama.

Recientemente se publicó en EL NUEVO DIARIO el término Cascalojoche, con una “s” fuera de lugar, porque la toponimia náhuatl es Cacalojoche. El intelectual nos señala que los nombres nativos pierden cuando pasan a mal escribirse.

Cacalojoche viene de Cacala, la flor nicaragüita, y ojoche, de xóchitl, flor. Significa “lugar donde hay sacuanjoche”. Sacuan= amarrillo, xóchitl= flor.

Explicó más: también se le llama cacala, que significa lo mismo que esa flor, por una razón: porque se junta a las cacalota.

Cacalota son los cuervos o zanates. La cacala tiene un fruto largo, negro. Cuando bota las flores queda lleno de eso. En orden, primero es sacuanjoche. Después viene cacala, en referencia a la imagen que de largo uno tiene, cuando ya se caen las flores. Así lo miraba el indio con su imaginación, algo que se formaba en su mente, que creyendo ver zanatitos, en realidad veía sus frutos.

Los idiomas, nos dice, así como los dialectos, van muriendo. Y hay que cuidarlos. Pero resulta que se mueren varios miles cada año. Son invadidos por otras lenguas que tienen mayor significado social, económico, cultural, los van apartando y van quedando como lenguas que se hablan muy familiarmente, muy privadamente, como pasa en la Costa Caribe, como el mayagna.


Verdaderas lenguas primigenias


Nuestras verdaderas lenguas primigenias son: la lengua maya, base, porque la lengua, más que lengua es influencia cultural etnolingüística.


-Pero se dice que los mayas llegaron a Copán


-No es cierto, Mesoamérica llegaba hasta el noroeste de Costa Rica. Está formada por tres civilizaciones: la Olmeca, la Maya y la Mangue. Mirá qué arrecho. Esto nadie lo sabe, lo acabo de averiguar con grandes investigadores franceses.

Dice Oviedo que había tantas lenguas, que no cree que haya habido genio en el mundo que pudo siquiera haberlo imaginado.

Pero se ve la influencia del comercio y la cultura, que viene de arriba (México) a la conquista de lo que ya estaba, y Nicaragua era mangue. Y vienen primero los chichimecas, y llegan hasta Xolotl, y de ahí surge el nombre del Lago Xolotlán. Xolotl era el lugar del dios chichimeca. Ellos son los salvajes, los perros, que dominaron Tula.
Cuando Tula se libera, también se libera la fuerza azteca y comienza la invasión de estos lados. Los aztecas dominan entonces a los mangues. Y queda la lengua básica: la azteca, que es el náhuatl, y la lengua primitiva nicaragüense que es el mangue.


¿Pero el maya, donde queda?


-Es la base cultural. Con una lengua tan difícil, que quedaron pocos vestigios.


-¿No quedaron rastros?


Parece que sí, pero difícil de desarrollarlo. Sólo quedaron en los códices.

En este punto, el doctor Silva revela uno de sus grandes secretos: los códices mayas. Managua, por ejemplo, en ese documento de la gran civilización significa “Lugar Cenagoso y lleno de agua y charco”.

Conviene en afirmar que Masaya es maya. “Es lugar de compra. Un gran tiangue”.

La lengua franca es el resultado, el mestizaje, de la lengua que es nuestra propia lengua. La lengua que habla el Güegüence es la verdadera lengua nuestra.

Los descubrimientos del lingüista Antonio Peñafiel, en México, al investigar los nombres geográficos de México, remitiéndose a los códices y posteriormente traducir las toponimias de los nombres geográficos de México, se encontró que había una cantidad de errores inimaginables. De tal manera que los verdaderos nombres de México, su significado etimológico, solamente están dados en el libro de nombre geográfico de México de Peñafiel.

Lo terrible es que en nuestro país, los significados que hemos creído toda la vida no son los verdaderos. Es decir, señores y señoras, todavía no hemos terminado de descubrir a Nicaragua...

Ya queda aislado el mangue y el náhuatl, y eso queda como el lastre de nuestra cultura, entonces ahí vienen los documentos, lo que quedó escrito, y eso nadie lo borra.

La verdadera salvación del náhuatl es cuando se une al mal español que hablaban los españoles.


-Aquí nunca vino un español culto, de primera.


-Imaginate, era el español que hablaban los soldados. Vinieron a cargarse el oro y los esclavos. Es el idioma de la chusma española, pero qué interesante, esta chusma forma el mestizaje de la lengua con lo poco que pudo salvarse del náhuatl hablado y se forma la lengua franca, que es el Güegüence. Por eso sostengo que ese estudio del Güegüence de Britton es una manera de mexicanizarlo. Porque aquí no se hablaba el náhuatl de México.



artículo restatado de —EDWIN SÁNCHEZ— edsanchez@elnuevodiario.com.ni

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