Los albores de la época republicana son precarios. A diferencia de Guatemala, donde surgió una literatura ligada a las ideas liberales que animaron la independencia de Centroamérica, proclamada en 1821, y representada principalmente por el narrador José de Irrisari y el poeta José Batres Montúfar, en Nicaragua la primera mitad del siglo XIX es muy pobre en creaciones individuales. Fue un período en que las luchas fratricidas consumieron al país, y no hubo ningún sustento a la estabilidad, al grado que se le conoce como “la época de la anarquía”. Pero para hablar de los viajeros, debemos remontarnos atrás, y mencionar como precursor el libro Nueva relación que contiene los viajes de Tomás Gage en la Nueva España , aparecido en Inglaterra en 1648. Su autor, el fraile irlandés Tomás Gage, un aventurero en cuyo relato es imposible distinguir la fantasía de la realidad, llama allí a Nicaragua “el paraíso de Mahoma”, asombrado ante la exuberancia de la naturaleza.

Los más importantes de entre los viajeros del siglo XIX son Orlando W. Roberts, con su Narración de los viajes y excursiones en la costa oriental y el interior de Centroamérica, publicado en Edimburgo en 1827; Ephraim George Squier, enviado diplomático de los Estados Unidos quien escribió Nicaragua, sus gentes y paisajes, publicado en Londres en 1852, y traducido admirablemente al castellano nicaragüense por Luciano Cuadra; Julius Fröbel, autor de Siete años de viaje por Centroamérica...publicado en Londres en 1859; Pablo Levy, autor de Notas geográficas y económicas sobre artículo rescatado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario