Introducción política

 Nicaragua en su antiguedad fue poblada a la vez por los Mayas y los Nahuas, quienes ocuparon la depresión central, y por los Miskitos (o Mosquitos), los Ramas y los Sumus, quienes se instalaron sobre la costa del mar Caribe hasta que llegaron los primeros colonos españoles conducidos por Gil Gonzáles Dávila que penetraron en Nicaragua hacia el año 1520 y el país fue agregado a la capitanería general de Guatemala. La dominación española permaneció sin embargo limitada en la costa pacífica.

La independencia fue proclamada en 1821 y, en 1823, Nicaragua devino miembro de las Provincias Unidas de América Central, de las cuales se separó en 1838 para ser una república independiente. Ideal para la construcción de un canal que uniera el océano Pacífico y el Atlántico, la posición de Nicaragua encendió las ambiciones de los británicos, quienes establecieron un protectorado sobre la costa de los Mosquitos, entre 1841 y 1848.



Durante las siete décadas que siguieron a la independencia, los gobiernos liberales y conservadores alternaron en el poder no sin rivalidades. En 1855, William Walker, un aventurero norteamericano a quienes los liberales habían pedido apoyo, invadió el país a la cabeza de un ejército de mercenarios y se autoproclamó presidente. Fue derrocado en 1857.

Los liberales retomaron el poder en 1893 pero, en 1909, un golpe de estado sostenido por los Estados Unidos dio el poder a los conservadores. A partir de 1912, Nicaragua cayó bajo la dependencia de Estados Unidos quienes instalaron sus tropas. Su retirada en 1933 dejó el país a merced del general Anastasio Somoza García, apoyado por la guardia nacional.

En 1934, Augusto César Sandino, jefe de los guerrilleros que habían combatido la presencia norteamericana, fue asesinado mientras participaba de negociaciones por la paz. Somoza se autoproclamó presidente en 1936 e impuso al país su dictadura hasta su asesinato en 1956. Sus hijos le sucedieron, Luis hasta 1963 y Anastasio de 1967 à 1969, año en que fue derrocado. El desvío de los fondos de sostén enviados después del terremoto que destruyó Managua y provocó la muerte de al menos cinco mil personas en 1972 alimentó un fuerte sentimiento de hostilidad respecto al clan Somoza y contribuyó al ascenso del Frente Sandinista de Liberación Nacional, nombrado así en homenaje a César Sandino.

Después del asesinato en 1978 del director del principal diario de oposición, Pedro Joaquín Chamorro, las revueltas estallaron. Los sandinistas tomaron por asalto el Palacio Nacional de Managua y siguió una guerra civil. En julio de 1979, después de varios meses de combates que habrían provocado la muerte de cincuenta mil personas, Anastasio Somoza se vio obligado a dejar el país.

Los sandinistas pusieron en marcha un programa económico de inspiración socialista comprendiendo en particular nacionalizaciones y reformas agrarias. La Constitución de 1974 fue suspendida. Inquietos por ver a los sandinistas ayudar a los rebeldes marxistas de El Salvador, el gobierno norteamericano interrumpió su ayuda económica a Nicaragua en 1981 y financió la oposición de los contras, después impuso al país un embargo comercial, penalizando severamente la economía.

Gracias a negociaciones, entabladas bajo el arbitraje del presidente costarricense Óscar Arias Sánchez en 1987 entre sandinistes y contras, el gobierno sandinista, dirigido desde 1985 por Daniel Ortega, consintió en organizar elecciones libres en 1990 en contrapartida al desarme de los contras.

Ortega fue vencido por Violeta Barrios de Chamorro, viuda del director del diario asesinado en 1978, candidata apoyada por una coalición conservadora, la Unión Nacional de la Oposición (UNO), pero también por los Estados Unidos quienes se comprometieron a poner término a su embargo y aportar su ayuda al país.

Sin embargo, a pesar de la elección democrática de Violeta Chamorro, las rivalidades entre bandas armadas constituidas por antiguos sandinistas y antiguos contras contribuyeron a mantener un clima de inseguridad.

Además, la situación económica permanecía muy precaria, y el gobierno debió hacer frente constantemente a movimientos de huelga.

En octubre de 1996, el representante de la derecha liberal, Arnoldo Alemán, fue elegido presidente de la república contra Daniel Ortega. Según los términos de la Constitución, la presidente saliente, Violeta Chamorro, no podía ambicionar un nuevo mandato 










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